“Jícaras” es una colectiva conformada por 8 poetas costarricenses quienes se han dado a la tarea de crear ese espacio con el objetivo de llevar mensajes a diversos sectores a través de la poesía y paralelamente brindarse apoyo entre ellas mismas.
El punto de partida para la creación de Jícaras se encuentra en la Feria Internacional del Libro-Costa Rica 2019, evento en el que realizaron una presentación de poesía performática, posterior a ello, surgió “un proceso muy bonito, natural y orgánico. Fue una energía muy viva como si las jícaras existieran desde antes de que nosotras lo pensáramos”.
El siguiente paso después de la participación en la FILCR, en donde se presentaron con sus nombres propios, era encontrar un nombre que las identificara como equipo y que diera un significado a la colectiva: “Buscábamos algo popular y concreto… y decidimos que seríamos Jícaras, porque las jícaras crecen en muchas zonas del país y tiene distintos usos: se pueden utilizar como instrumento de música, vasos, para la elaboración de bisutería. Es algo diverso que cada quien le puede dar un uso distinto dependiendo de qué es lo que busque y como nosotras somos tan diferentes, de ideologías distintas, de distintas profesiones, entonces el nombre nos calza para representar esa diversidad de usos y es un nombre muy cercano porque ese árbol se encuentra en todos lados”
Un espacio amable y seguro
Ana Badilla comenta que esta colectiva nace como una respuesta a la necesidad “de expresarnos, de desplegarnos dentro y fuera de la poesía. Y también es importante hacerlo en un espacio amable y seguro y eso ha movilizado a que las jícaras se formara”.
El objetivo de Jícaras es configurarse como un espacio en el que la poesía sea más accesible y abierto a otros sectores “a nosotras nos encanta la poesía pero queremos que otros sectores que no les parece interesante los recitales de poesía pueda escuchar nuestro mensaje sin necesidad de ir a un recital. Entonces la idea es como dar nuestro mensaje y que ese mensaje sea poético pero que más personas lo escuchen, que no sea el mismo circulo”, afirma Valeria Morales, integrante de Jícaras, quien a su vez resalta que ante una cultura de competitividad en su país, esta colectiva es un espacio en donde buscan romper con esa mentalidad, celebran los logros de todas y comparten las publicaciones de sus integrantes: “el ambiente en las artes, aquí en Costa Rica, suele ser competitivo. Si el otro avanza, es malo para mí. Nosotras tratamos de hacer las cosas diferentes, de no caer en eso. Todas somos distintas, pero tratamos de no ser competitivas y nos apoyamos entre todas. Nosotras desactivamos ese chip e intentamos romper la cultura de serruchar el piso”.
Poesía hecha por mujeres para mujeres y para hombres
Uno de los aspectos más característicos de Jícaras, es la diversidad en cada una de sus miembros, por lo tanto, no se definen como una colectiva feminista ni como poesía femenina, sino que resaltan la importancia de la pluralidad de la palabra mujer “Adentro hay chicas de todo tipo, hay diferentes estilos, sentires e ideologías. No todas somos feministas. La palabra femenina tiene muchos estereotipos y no queremos alimentar eso. Entonces somos poesía de mujeres, mujeres que escriben desde sus experiencias particulares y como mujeres, eso incluye al feminismo. Lo rico de esto es que es poesía hecha por mujeres para mujeres y para hombres. Y por eso es importante la palabra <mujeres>. Es arte hecho por mujeres pero es importante que sea en plural; para nosotras es importante esa pluralidad, somos mujeres y al hablar en plural significa que somos diferentes, que hay unas que sí nos reivindicamos desde los feminismos y hay otras que no y eso es parte de la diversidad. Y por esa misma diversidad no podemos denominarnos femenina porque no hay una sola forma de ser mujer”, dice Valeria.
El doble impacto de Jícaras
Al referirse al impacto que ha tenido la colectiva en el ámbito social y literario, resaltan la importancia de demostrar que las mujeres pueden crear, abrir espacios, escribir poesía y todo eso, sin tener que pedir permiso, lo que representa el empoderamiento de las mujeres en el ámbito artístico, así lo describió Ana Badilla: “Para mí, llegar a hacer poesía performática, llegar pintada toda de negro, te derrumba muchas cosas, te saca de la zona de confort, sueltas muchos miedos. Estar compartiendo tu poesía con mujeres tan valientes y tan fuertes te lleva inevitablemente a encontrarte con tu propia fuerza. El impacto personal casi no tiene límites y respecto al impacto hacia afuera, no tenemos idea del impacto que va a causar en la gente no tenemos que ponerles límites a las cosas.
La literatura como herramienta para la defensa de derechos de las mujeres
La formación de esta colectiva, no solo representa un espacio poético en el que las mujeres se apoyan entre sí y que persiguen un fin en común, sino que, también representa un reconocimiento a la importancia de la literatura escrita por mujeres, puesto que en sus escritos se puede tener una visión más amplia de la realidad que viven muchas mujeres, es una manera de documentar las vivencias que todas las mujeres viven y también es un medio de denuncia pública de los abusos a los que pueden ser sometidas.
Al respecto, Valeria Morales comenta “El solo hecho de que la mujer tenga el chace de poder escribir y plasmar historias desde la visión de las mujeres que es la visión que ha sido cosa ajena, que no ha sido pública. No somos la musa que inspira, sino una mujer artista, que escribe, que crea. Ya eso transforma el imaginario, ya podés elegir si leer a un escritor o una escritora. Eso ya está cambiando las estructuras mentales. La sola existencia de la literatura hecha por mujeres es una forma de defender esos derechos que han sido conquistados a través de la historia , que no han sido regalados, y es una forma de mantenerlos e ir por más; porque permite visibilizar un montón de vivencias que las mujeres vivimos y a veces quedan relegadas a lo privado”.
Un mensaje para las demás mujeres poetas
“Lo único que una tiene que hacer es desplegarse siendo una misma, no centrarse tanto en un pasado complejo y duro ni en un futuro donde se quisiera llegar. Lo que yo le diría a todas es que no tengamos miedo de ser la que somos, ni la que vinimos a ser, que no pidamos permiso, que hagamos lo que nos nazca del corazón. Eso es lo que hemos estado haciendo para abrir esos espacios e ir difuminando esas líneas que han sido limitantes y se siguen borrando. Esta energía, esta puerta abierta, este irnos desplegando como mujeres en la literatura, es algo que no se va a poder frenar. Yo propongo CREAR, desplegarnos sin miedo, abrir espacios y hacerlo desde el corazón. Pero también es importante el hacer publicaciones, obviamente trabajadas, de calidad, hacer publicaciones que permitan visibilizar ese arte hecho por mujeres y eso va ser imparable. Es importante recopilar y visibilizar ese trabajo literario” Colectivo Jícaras.
Hexagono Difusion de Arte y Cultura centroamericana 